Luego de un primer semestre espectacular y lleno de ilusiones, las malas decisiones dirigenciales y futbolísticas, han provocado que los hinchas de Talleres terminen pidiendo la hora.
Por Esteban Migliazzo.
“¡La hora referí!”, parecieran querer gritar los hinchas de la T.
El Talleres sensacional que metía miedo ya es un grato recuerdo y nada más.
Hoy, el club depende de las decisiones de una sola persona y este, decidió vaciar de fútbol al club con vistas al segundo semestre. A la gente le canjearon chocolates suizos por caramelos de madera.
El plantel quedó disminuido y no son pocos los rumores que aseguran que las relaciones dentro del vestuario no son de las mejores.
Ayer, durante los primeros 20’, Atlético Tucumán pudo haber goleado al Matador que por esos momentos no atinaba ni a poner las manos. Luego, a fuerza de voluntad, acorraló al Decano sobre su arco, pero todo el mundo sabía que el Albiazul no iba a poder convertir ante la falta de ideas, la abulia de Garro y los pálidos e inofensivos delanteros que trajo Fassi.
Sólo Guido Herrera se salva de este mal momento. Talleres ganó un sólo partido de los últimos diez que jugó y se ubica 11ero en su zona. Señores, paren el Mundo que me quiero bajar.
