POR LA CAMISETA

Córdoba - ARG

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La plata no alcanza, la inflación no se detiene y la gente sufre. Pero el amor por Talleres es algo que todos sienten y ayuda a sobrellevar mejor las penas de la vida a pesar de que a veces no alcance el dinero para ir a la cancha.

Por Esteban Migliazzo.

La economía aprieta los bolsillos de la gente pero no podrá con el corazón azul y blanco del Pueblo.

La crisis se hace sentir como nunca y los clubes deben recurrir a distintos métodos para poder lograr una sustentabilidad económica que les permita estar a la altura de las circunstancias y cumplir con los objetivos deportivos e institucionales.

En el caso de Talleres, la buena administración de los recursos, las ventas de jugadores, la llegada de nuevos anunciantes y el aporte de los socios sumado a la plata de la televisión más los premios por el ingreso a la Libertadores, generan una perspectiva más que aceptable para alcanzar los objetivos en comparación a otras instituciones y mantiene intactas las ilusiones de los hinchas.

Pero no todas son buenas noticias. Los precios para ver al Matador en la Copa Libertadores son más elevados que los fijados por otros clubes y provocará que algunos, con mucho pesar, no puedan decir presente en el Kempes.

Sabiendo que la T es un club de masas y popular, cabe preguntarse si era mejor fijar un precio más oneroso y no repletar las tribunas o bajar los valores y jugar a cancha llena.

El fútbol es una parte muy importante en la vida de los hinchas de Talleres, pero hay que tener la cabeza fría y saber que al equipo también se lo puede alentar desde cualquier lugar con la emoción a flor de piel.

Si la plata escasea, no te pongas triste, habrá que hacer el aguante desde la casa con la familia o en el bar con los amigos.
Como decía un gran actor: «El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios… pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín: no puede cambiar de pasión”.