El juego económico de Fassi se hizo carne en Talleres y todo el mundo del fútbol sabe que sus proyectos no son duraderos en el ámbito futbolístico.
Por Esteban Migliazzo:
El año tiene doce meses, pero para los hinchas de Talleres sólo abarca seis. Así lo ha decidido hace tiempo la dirigencia que se mueve al ritmo de las ganancias económicas ¿propias?, dejando de lado los intereses deportivos.
Una vez más, el Matador redondeó un semestre espectacular y lo confronta con otro para el olvido ¿Por qué si se vende por millones de dólares, se reemplaza a los que se fueron con jugadores que no dan la talla para jugar en la T?
Han sido muchos los aciertos, pero también podríamos nombrar de a decenas los errores. Hoy el club es un banco de pruebas costoso.
Ayer, Talleres podría haber jugado todo el día y no le iba a convertir un gol a Banfield. De los últimos once partidos, ganó sólo uno. No es la falta de actitud. Es la falta de jerarquía de un plantel que ha sido dinamitado dentro y fuera del campo de juego.
A Gandolfi se lo nota desorientado y tampoco encuentra las soluciones con lo que tiene para atravesar este momento. Eso no está en discusión.
La magia se desvaneció, pero una cosa es cierta: el principal responsable de esta situación, es el multipresidente que tiene en el fútbol su principal actividad económica personal y que pone los huevos en diferentes canastas priorizando otras cuestiones que no son las deportivas de Talleres.
