El rumbo de Talleres es zigzaguente, sin embargo el Presidente de la institución mantiene inamovibles sus políticas. Más promesas que incorporaciones de jugadores consagrados y más hinchas visitantes para recaudar mejor que hinchas locales con rebajas en los precios, lo confirman.
Por Esteban Migliazzo:
Cuando llegó a la presidencia de Talleres, Andrés Fassi dejó boquiabiertos a propios y extraños. En una carrera meteórica, el club subió dos categorías, se consolidó en primera, la reserva fue campeona y las finanzas se acomodaron.
El primer equipo clasificó a copas internacionales, llegó a la final de Copa Argentina, se remodelaron las instalaciones del Centro de Entrenamiento Amadeo Nuccetelli y se vendieron jugadores por cifras millonarias. Pero sin dudas, en el aspecto deportivo, con el paso de los años y las temporadas, tanto en los planteles de primera como en inferiores, los rendimientos fueron mermando al punto de terminar penúltimo en el último torneo de la Liga Profesional.
Todos reconocen los buenos movimientos empresariales de Andrés Fassi, pero es una realidad insoslayable que en todos los mercados de pases, el Albiazul ha ido perdiendo jugadores de jerarquía y no los ha logrado reemplazar. El equipo necesita jugadores de experiencia y con probada trayectoria. Son esos profesionales que te pueden brindar mucho en el presente pero que no tienen poder de reventa e implicarían pérdidas económicas para la empresa que maneja el club.
Mientras tanto, por estos días, la T afrontará una serie de partidos históricos en la Copa Libertadores y está a punto de iniciar un nuevo campeonato local en el cual debido a los errores cometidos, es prácticamente imposible que aspire a una nueva clasificación en la Libertadores 2023.
Fassi ya se aseguró un millón de dólares por el pase a 8vos pero al igual que en otra oportunidades, el mercado sigue congelado.
El reloj corre, si Andrés Fassi no pone primera, más temprano que tarde, las ilusiones de un Talleres gigante, quedarán una vez más en el camino. El tiempo dirá si para los hinchas y socios, este dirigente se convertirá en una especie de genio futbolero o si sólo será recordado como participe de un emprendimiento económico privado.