El hincha se siente orgulloso e infla el pecho cuando le preguntan y contesta: ¿De quién soy? ¡De Talleres! Pero a pesar de tanta grandeza, todavía hay una espina clavada. Un asunto pendiente….
Por Esteban Migliazzo.
Está todo ordenado. El club cada día que pasa, crece más sumando fanáticos y socios. Las instalaciones, tanto el CARD, como la Boutique, están hechas una pinturita. En el plano futbolístico, Talleres ya no pelea por el descenso o por ingresar a la Sudamericana. El Matador ha cambiado sus objetivos y esto se debe a que hay cosas que se hicieron bien. Entonces, ¿Se podría asegurar que Andrés Fassi es un buen mandamás? Lisa y llanamente la primera respuesta es sí. ¿Hay algo para reclamarle? La segunda respuesta a dicha pregunta también será la misma: Sí.
Dentro de tantas cosas buenas, ¿Cuál es el talón de Aquiles que no le permite a Talleres la felicidad total? Sucede que el Albiazul está entre los 5 equipos más grandes y populares de la Argentina pero aún no ha logrado un campeonato oficial en AFA.
Los motivos han sido variados, pero desde que Fassi tomó el club, las causas han sido siempre las mismas. Se arma un gran equipo, surgen 2 o 3 figuras, se las vende, no se los reemplaza de manera adecuada y se desarma lo que tanto había costado diseñar. Esto se ha convertido en un círculo vicioso que algunos miran con cierta lógica y buenos ojos por los dividendos que este esquema le deja a la institución. Sin embargo, otros no se conforman y quieren “algo más”. Eso que provocaría que Fassi se convirtiese en el mejor presidente de la historia. Basta con jugársela un poco y apostar a un proyecto futbolístico duradero, como lo pensó Amadeo quien llegó a tener 7 jugadores de la Selección Argentina campeona del mundo en el plantel. Se puede armar un equipo sin perder plata y por eso los hinchas cantan: “Vaamoosss Andréeeesss, queremos la cooopaaa”.