POR LA CAMISETA

Córdoba - ARG

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Pasan los años, pero en Talleres la capacidad de sorpresa nunca se acaba. Cuando parece una cosa, luego sucede otra. Con este ir y venir constante en las decisiones del Presidente Fassi, ha habido aciertos, pero también grandes decepciones.

Por Esteban Migliazzo.

Lo primero que se debe aclarar, es que nada se puede decir sobre las cualidades de Walter Ribonetto, sencillamente porque no posee como entrenador de primera experiencia alguna. Se podrán afirmar cosas como: “Es una buena persona”, “Trabajó bien en inferiores”, “Estudia mucho”, pero nadie sabe cuán anchas serán sus espaldas a la hora de sentarse en el banco del primer equipo y cuáles serán sus reacciones ante el éxito y la adversidad. A Ribonetto lo acompañarán Mauricio Caranta y el último gran ídolo que dio el club, el Cholo Guiñazú.

Para un año en el que se jugarán cosas muy importantes, lo más lógico era que Andrés Fassi se decidiera a contratar un entrenador con experiencia. Quien sostenga que la experiencia no es necesaria, pues sencillamente se equivoca. De lo contrario, no serían importantes las décadas que acumuló el mismísimo Fassi como dirigente para llegar al lugar de prestigio en el que se encuentra hoy.

¿Puede ser exitosa la decisión de designar a este trío? No se sabe. Es el deseo de todo el mundo Albiazul. Pero para que el ciclo “Tino” tenga más posibilidades de éxito, es imperioso que al equipo que terminó la temporada 2023, se le sumen al menos 6 o 7 jugadores de primer nivel. En especial un 9 goleador con años de experiencia en el fútbol argentino.

Aquí es donde Fassi no se puede volver a equivocar. Esta vez deben arribar figuras y no “proyectos”, con los tiempos necesarios para que se puedan adaptar y ponerse a punto.

De lo contrario, los hinchas deberán una vez más, empezar a deshojar la margarita y aguardar que la diosa fortuna golpee las puertas de un título que está tardando en llegar para el equipo más grande del interior.