Con el aporte de los juveniles, Talleres le ganó a Newell’s y pasó a cuartos de final en la Copa Argentina.
Por Esteban Migliazzo
Durante el primer tiempo, el equipo de Gandolfi se pareció bastante al de Caixinha. Es cierto que el viento que cruzaba el estadio dificultaba en demasía los intentos de jugar bien al fútbol, pero el equipo Albiazul no encontró las conexiones necesarias para ser mejor que su rival y mucho menos para poder llegar con cierta peligrosidad al arco rosarino.
Sin un 9, todo se hacía más complicado. Villagra, Alan Franco y Enzo Diaz no lograron meterse en el partido y Valoyes estaba solo ante las dos líneas de cuatro que proponían los Leprosos.
Sobre el final de los primeros 45’, Catalán cometió un inocente penal y por eso el Matador se fue a los vestuarios 1 a 0 abajo.
Cambios en la segunda mitad, y a soñar
Gandolfi metió mano en el equipo y mandó a la cancha a dos juveniles que cambiaron la historia. Junto a Godoy, Alves y Giacone fueron los responsables de la remontada de la T que yendo con más convicciones a ataque, logró dar vuelta un partido que le permite respirar con mayor tranquilidad y darle a los jugadores confianza en sí mismos.
Fue 2 a 1 (Godoy/Giacone). Un párrafo aparte para Giacone: En pocos minutos demostró que tiene pasta de goleador. Será importante no cargar sobre sus espaldas las responsabilidades de un grupo que hasta ahora no ha dado las respuestas que la gente espera.
