POR LA CAMISETA

Córdoba - ARG

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No se trata sólo de ir a la cancha o ver los partidos, Talleres trasciende a la redonda y se proyecta a una manera de vivir que atraviesa a miles y miles de personas.

Por Esteban Migliazzo

Es un mundo diferente, es parte de una religión. Casi 2.000.000 de almas profesan el rito Talleres en esta parte del planeta y está presente las 24 horas del día los 365 días del año.

Las semanas comienzan con el entusiamo de saber que el Matador saldrá a la cancha el domingo, pero el azul y blanco se visualiza todos los días en todos lados sin importar la ocasión, para que todos sepan que uno forma parte del credo religioso y fundamentalista mayoritario de Córdoba.

El lunes para ir a la obra a laburar, el martes para ir a hacer trámites al banco o el jueves para ir al baile. Da igual: Siempre de azul y blanco a todos lados.

El día del partido, es especial: “Jugamos a las nueve y media de la noche” “Entonces, te paso a buscar a las 3 de la tarde”……Si, si, hay previa con amigos que entre choris, gaseosas, fernet y música bien alegre, empiezan a amenizar la espera y la ansiedad por ver al equipo de un amor que jamás será traicionado. ¡Ni hablar de los preparativos cuando toca jugar afuera y hay que viajar!

El Matador alegra la vida de los cordobeses. Le pone sal y pimienta a todo. En bondi, avión, auto, moto o hasta en bici, los fieles se movilizan por todas las latitudes de América al rezo de “Miráaaa, no es una más del monnntóoooonnnn”.

Para este amor, no existen las clases sociales. Ricos, pobres o clase media, da igual. El ritual entra en acción y kilómetros de vehículos se movilizan con el sentimiento más fiel y firme que nunca se haya visto. Así, esta hinchada ostenta los records de movilizaciones que jamás se hayan visto. Rosario y Mendoza son fieles testigos recientes de estas mareas humanas inéditas en la Argentina. Cientos de kilos de carne se tiran a la parrilla, bien regaditos para brindar por la T en cada ruta, camping, río o playa.

Talleres une esperanzas e ideologías. Acá no hay grietas. Liberales, comunistas, peronistas y radicales dan lo mismo. Todos lloran, ríen, son felices y se abrazan por Talleres. Estos colores juntan a las familias y generan nuevos amigos. La camiseta lo hace posible. Talleres es el corazón de un Pueblo que late a mil por hora.