La incógnita era saber si Talleres iba a poder mantener el excelente nivel demostrado en las primeras fechas y si después de la reunión entre Fassi y Tapia los árbitros comenzarían a ser equitativos.
Por Esteban Migliazzo
EL FÚTBOL
Si bien es cierto que hasta ahora los triunfos obtenidos en su mayoría fueron frente a equipos que deambulan en el fondo de la tabla y con el peor Boca de los últimos 20 años, el nivel de juego y la velocidad del equipo, entusiasmó a propios y extraños en general.
Hubo jugadores como Pizzini, Garro, Franco, Sosa y Santos, que marcaron puntos realmente altos sumados a las siempre buenas actuaciones de Herrera y Villagra que posibilitaron que Talleres liquidara los partidos en los primeros tiempos con cierta comodidad.
Pero a partir del enfrentamiento con Velez las cosas se empezaron a complicar. En el plano futbolístico, algunos jugadores fueron declinando sus rendimientos sumadas a algunas decisiones al menos cuestionables del Técnico Javier Gandolfi.
La realidad es que frente a Banfield, se pudo ver la peor versión de este modelo 2023. El equipo careció de una salida rápida y con la pelota en los pies, jamás pudo doblegar a la defensa de un equipo mediocre como Banfield que terminó ganando el partido por 1 a 0 con un gol de penal que fue cometido por Benavidez.
No es la primera vez que el lateral derecho deja al equipo con las manos vacías ya sea por infortunios, expulsiones o errores. Además, resulta sumamente llamativo que de los 8 goles sufridos en el campeonato, 4 fueron por penales o goles en contra. Lo cierto, es que este año Talleres tiene el plantel suficiente para pelear mano a mano los primeros puestos.
FASSI, SUS PELEAS Y LOS ÁRBITROS
Siempre fue así. Y cuando los partidos no eran transmitidos por televisión más aún. A Talleres y a los equipos del interior, los árbitros siempre lo perjudicaron a pesar que el gran Presidente prócer de esa época dorada siempre se las ingeniaba para que los perjuicios no fueran tan alevosos.
La realidad, es que no se puede ir siempre contra la corriente.
Hay que elegir los rivales de a uno e intentar ganarles las batallas.
Pero es casi imposible que a un club le vaya bien en una estructura corrupta como lo es el fútbol argentino si se abren varios frentes a la vez.
Si Fassi se pelea con la Liga Cordobesa de Fútbol, con Emeterio Farías, con la Liga Profesional de Fútbol, con Chiqui Tapia, con los árbitros y encima se discute con el Gobierno de Córdoba, todo tenderá a desordenarse.
Está perfecto pelear y luchar contra las injusticias, pero hay que ser inteligentes y saber seleccionar cada momento para que las cosas salgan a favor del club y eso se consigue actuando con serenidad e inteligencia sin que el hervor de la sangre te traicione.
Sin dudas, Talleres ha sido perjudicado por los arbitrajes de la misma manera que River hoy es puntero gracias a la inestimable colaboración del referato que le regaló dos triunfos frente a Argentinos y Lanús.
El Matador no es el único perjudicado en este juego, pero de nada sirve que, como sucedió anoche, los jugadores ingresen al campo de juego más interesados en protestar que en jugar a la pelota.
El receso le viene de perillas a la T. Es momento de poner la pelota debajo de la suela, pensar y luego distribuir con el criterio del Cholo y de Villagra.