Talleres volvió a ser Talleres y le ganó merecidamente a River con un golazo de Diego Valoyes. El Kempes fue una fiesta y el envión anímico es importante de cara al máximo objetivo: la Copa Libertadores.
Si bien Marcelo Gallardo alineó a varios suplentes, eso no le quita mérito al enorme triunfo que consiguió el Matador en la noche del miércoles. En diez fechas, solamente había conseguido una victoria y era vital ganarle al Millonario para salir del fondo de la tabla y poder regalarle una alegría a sus hinchas tras un comienzo de 2022 a puro sufrimiento.
El logro de la T no fue casualidad. El equipo jugó uno de sus mejores partidos en los últimos tiempos y anuló a su rival. En el primer tiempo no estuvo conexo en ataque y se concentró más en anularle los circuitos de juego a River, que apenas generó una situación de peligro en 45 minutos. En el complemento el trámite cambió con el tempranero gol de Valoyes y quedó la sensación de que Talleres estuvo más cerca de convertir, el segundo que River de empatarlo.
Además del inteligente planteo de Pedro Caixinha, los jugadores demostraron un nivel de compromiso total, disputando cada pelota como si fuese la última y consiguiendo ganar todas las divididas en el segundo tiempo. Al igual que sucedió contra Universidad Católica, en los últimos minutos se jugó poco y nada, y el Matador volvió a mostrar aptitudes para «dormir» el partido y manejarlo emocionalmente.
Valoyes, por el tanto del triunfo, fue la figura del encuentro, sin embargo, también se destacaron Rodrigo Villagra, un relojito en la mitad de cancha que además recuperó muchísimas pelotas, y también Guido Herrera, quién se encontraba en el ojo de la tormenta y respondió con tres atajadas gigantes como el Kempes, que mantuvieron la valla albiazul en cero.
Con este éxito Talleres encontró la paz que necesitaba; para salir de los puestos más bajos de la Copa de la Liga Profesional y también para llegar sin cargas al enfrentamiento trascendental que se viene ante Sporting Cristal por Copa Libertadores.
