POR LA CAMISETA

Córdoba - ARG

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A esta hora, Talleres no se ha hecho acreedor a ningún premio. Falta dar un paso más. Lo cierto es que en su DT interino, Javier Gandolfi, encontró un conductor.

Por Esteban Migliazzo.

La pasó mal durante los primeros 45 minutos. Talleres la venía sacando barata ante el vendaval que le proponía Banfield bajo el mando del Colo Cabrera y Bertolo.

El Albiazul no sostenía el balón más de 30 segundos y todo hacía presagiar la llegada inminente del gol en el arco propio.Sin embargo emergió desde el banco la voz del “General Gandolfi” y sin esperar al entretiempo, metió mano en el equipo sacando a Buffarini que estaba condicionado con una amarilla y poner a Benavidez.

Pero eso no fue todo; también mandó a las duchas al insulso Pizzini para ubicar al juvenil Alves en el frente de ataque. De a poco, y a medida que Banfield bajaba el ritmo, la T empezó a amigarse con el fútbol.

Luego el General sacó a Villagra y puso a Oliva quien estuvo comprometido con la marca. Salió Garro, que pasó inadvertido, para darle su lugar al Chino Esquivel quien se convirtió en el argumento ofensivo.

NUNCA HAY QUE SACAR AL 9

A Michael Santos no le había llegado ni una pelota más o menos redonda hasta que de tanto insistir, recuperó el fútbol sobre el secyor derecho del ataque y a cobrar.

Ayer, el sentido común y la simpleza de Javier Gandolfi fueron dos de las grandes figuras en la noche rosarina. La alegría está instalada en Córdoba. La esperanza, también.